viernes, 8 de noviembre de 2013

Sheik Hassan Dyck en Sevilla, 23-24 de Noviembre de 2013



 
InshaAllah

Lugar: Aula Ganesha (C/ Maria Auxiliadora, 41. Sevilla – 41008 - 954 536 169/ 665 834 565)


SÁBADO 23 NOVIEMBRE

20.00h. Concierto-Zikr en Sevilla: Aula Ganesha
(Dormir en Sevilla)

DOMINGO 24 NOVIMEBRE
Mañana. Almuerzo en el centro de la Yama Andalusí de Sevilla.

Salida a visitar centro histórico de Sevilla.
20.00h. Cena en el centro de la Yama Andalusí de Sevilla.
(Dormir en Sevilla)


Información:

Faridah 665834565/ Sevilla.
 
 

domingo, 3 de noviembre de 2013

El justo medio es relativo. Rumi



 
El dijo:”Aunque el camino del justo medio es sabiduría,
sin embargo este mismo justo medio es también relativo.
El agua que es insuficiente para un camello
es como un océano para un ratón.
Aquel que tiene cuatro panes como ración diaria,
tanto si come dos o tres, observa el justo medio.
Pero si se come los cuatro lo está excediendo,
como un verdadero esclavo de la codicia y de la voracidad.
Quien tiene apetito para diez panes
sabe, que aunque coma seis, observa el justo medio.
Si yo tengo apetito para cincuenta panes
mientras tú te arreglas con seis, no somos iguales.
Tú te fatigas con diez postraciones cuando oras,
mientras que yo puedo soportar quinientas.
Uno puede ir descalzo hasta la Kaaba,
mientras que otro se desmaya por ir a la mezquita.

Rumi
 
 

miércoles, 30 de octubre de 2013

La mariposa azul. Cuento Sufi:




Había un señor viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre le cuestionaban todo, hacían muchas preguntas a las que el padre a veces sabía responder, pero en ocasio...nes no se sentía con la sabiduría suficiente como para aclarar las dudas que ellas manifestaban. Como pretendía brindarles la mejor educación, mandó a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.

El sabio siempre respondía todas las preguntas sin siquiera dudar. Impacientes con el maestro, las jóvenes decidieron inventar una pregunta que él no pudiera responder correctamente.
Entonces, una de ellas apareció con una hermosa mariposa azul que usaría para engañar al sabio.

-¿Qué vas a hacer? –preguntó la hermana. –Voy a esconder la mariposa en mis manos y le voy a preguntar si está viva o muerta. Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la mataré. Así, cualquiera que sea su respuesta, ésta será equivocada.

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio que estaba meditando.
-Tengo aquí una mariposa azul, dígame, sabio, ¿está viva o muerta?. Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió: -Depende de ti…ella está en tus manos…

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falla, somos responsables por lo que juzgamos bueno o malo. Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul. Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella y hacernos cargo de las consecuencias.



http://aldebaranlaestrelladelbuscador.blogspot.com.es/2013/10/la-mariposa-azul-cuento-sufi.html

lunes, 28 de octubre de 2013

EL INSTANTE



¿Temes lo que puede traerte el mañana?
No te adhieras a nada, no interrogues a los libros ni a tu prójimo.
Ten confianza; de otro modo, el infortunio no dejará de justificar tus aprehensiones.

No te preocupes por el ayer: ha pasado...
No te angusties por el mañana: aún no llega...
Vive, pues, sin nostalgia ni esperanza: tu única posesión es el instante

Omar Khayyam (1050-1122)


viernes, 18 de octubre de 2013

Los problemas cambian y hay que cambiar los remedios.


Cierto derviche pasó muchos años perfeccionando un remedio para la enfermedad de un hombre que era rico.
Estaba tan excitado por el éxito de la preparación que se puso en camino para llevarle la medicina al paciente sin consultar a su maestro Sufi, y saber si las circunstancias habían cambiado. En el camino, sin embargo, se encontró con otro hombre en el caravanserai, y le comunicó la formula y los efectos maravillosos de su descubrimiento.
Tan pronto como se durmió esa noche, el villano robó la medicina, sustituyéndola por un jugo azucarado de granada, y se marchó apresuradamente para curar al hombre enfermo, esperando obtener una recompensa.
El villano dio una porción de la medicina al hombre rico, pero éste empeoró inmediatamente. Y el ladrón salio a escondidas, convencido de que el derviche estaba loco y que su remedio era inútil. Y así, incluso se sintió aliviado al no haber sido descubierto, y que los servidores del paciente no le hubiesen apaleado como charlatán.
Cuando el derviche llegó a la cabecera del paciente y le dio el jugo de granada se curó con un sorbo.
 
 

sábado, 12 de octubre de 2013

Qué es un Sufi

Preguntando acerca de qué era un Sufi, el gran maestro Hadrat Nuri dijo:

Un Sufi es aquel que no está encadenado y que a su vez es inocente de mantener atados a otros.
- El sufismo no puede ser descrito en términos de doctrina ni en forma de ceremonial.
- La doctrina necesita adiestramiento de tipo superficial, el ritual necesita práctica repetitiva.
- Sufismo es algo que está en la creación, no algo que es aplicado a los resultados de la creación.

jueves, 3 de octubre de 2013

El simbolismo sufí de la perla


N. Scott Johnson
Fuera del océano, como nube de lluvia, ven y viaja,
pues si no viajas nunca llegarás a ser perla.
—′Attar


Desde tiempos antiguos la perla ha sido un símbolo religioso importante; su origen misterioso y la bella perfección de su forma han hecho de ella un emblema poderoso de la perfección interna, de la vida regenerativa y del fruto de la búsqueda mística.[1] La perla ha sido durante mucho tiempo un símbolo profundo para los poetas persas sufíes—los sufíes se refieren al arte mismo de la poesía como «la sarta de perlas».Como ocurre con el simbolismo del vino, del rostro del Amado, y con otros importantes símbolos sufíes, los poetas sufíes han establecido todo un lenguaje simbólico relacionado con la perla. En este lenguaje, el término perla se cita usualmente junto a varios otros motivos típicos, como la tierra firme, el océano y la lluvia, y más frecuentemente, la ostra y el buscador de perlas. La creación del lenguaje simbólico usado en la poesía sufí se basa en una tradición simbolista «homogénea», «basada en una terminología simbólica precisa» (Lewisohn 1989, p. 179). El símbolo poético es la destilación, la articulación del conocimiento intuitivo del corazón. El símbolo (surat), como vehículo de su significado (ma′nā), nunca se selecciona por capricho de una persona, sino que es ‘comunicado’ por la visión de aquello a lo que se abre. La perla, una joya en el interior de la concha exterior, es uno de los símbolos a la vez más simples y más perfectos de lo valioso oculto en el interior y de la perfección, y esto hace de ella un vehículo ideal para expresar la doctrina sufí.
En las obras de Mahmud Shabestari (m. 720/1320) y de Ŷalāl al-Din Rumi (m. 672/1273), la perla se convierte en un bello elemento para expresar profundas verdades espirituales. En su obra clásica Golshan-e rāz (La rosaleda secreta), escrita en 717/1317, Shabestari habla directamente de las dimensiones simbólicas y metafísicas de la perla y del buscador de perlas. Las grandes obras de Rumi están repletas de referencias a la ostra y a la perla, y juntas, ambas dibujan una imagen vívida del simbolismo sufí de la perla. En las páginas siguientes hablaremos de este simbolismo, buscando un entendimiento de lo que significa«convertirse en perla», en palabras de ′Attār.

La ostra y la gota de agua

En el Golshan-e rāz, Shabestari discute la metafísica, el simbolismo y los aspectos de la senda sufí a través de una serie de respuestas a quince preguntas que le plantea un compañero sufí. La décima pregunta se refiere al significado de la perla:

¿Cuál es ese mar cuya orilla es el habla?
¿Cuál esa perla hallada en sus profundidades?

Shabestari responde:

El Ser es el mar, el habla la orilla,
la concha las letras, la perla el conocimiento del corazón.
(Shabestari 1978, vv. 562-3, p. 56)

Dicho esto, Shabestari se extiende sobre la relación entre la perla y el“conocimiento del corazón” por medio de un ejemplo: la génesis de la perla en las ostras del mar de Omán. Shabestari, en sus versos, vuelve a contar de un modo muy efectista esta fábula tradicional, y evoca la tranquila belleza del mar, y la maravillosa interacción entre las ostras y la lluvia que cae. Al caer la lluvia de primavera en alta mar, en algún lugar en sus profundidades, pequeñas ostras se elevan del fondo y viajan a la superficie. En la superficie reciben, con «la boca abierta», una gota de lluvia, y tras volver al fondo del mar, la transforman en perla.
La primera parte del cuento de Shabestari se relaciona con el significado metafísico de la ostra y cómo ésta consigue la perla, la segunda parte se centra en el buscador de perlas. No sólo debe el buscador de perlas bucear en las profundidades del océano, sino que debe además romper la concha para abrirla y obtener la perla. Desde cierto punto de vista, las dos partes reflejan los dos aspectos complementarios del descenso espiritual (tanzil) y del retorno espiritual (ta’wil). Desde otro, la ostra y el buceador se refieren a los viajeros en la Senda sufí (tariqat) y a aquellos aspectos del ascenso espiritual y de la iniciación que tienen lugar en ella.
En el ciclo del descenso y el retorno, la génesis de la perla ilustra los conceptos de creación e interpretación en la poesía sufí. Como la ostra, el poeta tiene la capacidad de ser el que transmite al buscador de perlas las verdades espirituales del Cielo. Los movimientos de la ostra son los movimientos del gnóstico en la búsqueda de ese regalo del Cielo que es la luz del Ser. El poeta sufí es aquel que, como la ostra, convierte el fruto de la gnosis en un arte simbólico tangible. La ostra debe hacerse digna de recibir este regalo. Pues como dice Shabestari: «La perla de los misterios no se encuentra en todos los recipientes» (Shabestari 1978, v 54, p. 5). La perla la obtienen sólo aquellas ostras que han ascendido por la escala del viaje espiritual. El sufí, como la ostra, debe efectuar un cambio en sí mismo mediante la disciplina espiritual, que es también un ascenso vertical por el cosmos. Esto se refleja simbólicamente en el viaje de la ostra desde las oscuras profundidades del mar a la luminosidad de su brillante superficie.
A pesar de habitar en un mundo acuático, la ostra tiene sed, y añora beber las aguas puras que sólo pueden venir del Cielo. Aquí, nos hallamos ante un aspecto importante del simbolismo relacionado con el agua. Se contraponen aquí dos tipos de agua: el agua inferior, salobre, de la tierra y el agua superior, inmaculada, que tiene su origen en el Cielo. En la tierra, toda el agua está fluyendo, y se evapora finalmente para volver a su fuente. Como fuente de esa vida renovada otorgada por Dios a la tierra, la lluvia se equipara a la revelación. Como apunta Martin Lings: «En el Qorán las ideas de Misericordia y de agua —la lluvia en particular— son de alguna manera inseparables. Junto a ellas debemos incluir la idea de Revelación (tanzil), que significa literalmente “enviar hacia abajo”» (Lings 1991, p. 67). El agua de lluvia, limpia las impurezas a la vez que otorga una nueva vida. Desde otro punto de vista, el agua salada del océano es símbolo de lo exotérico a través de lo cual se debe viajar para alcanzar lo esotérico, la gota de lluvia (Ibíd., pp. 75-6).[2]Y finalmente, la lluvia es símbolo de la Gnosis, ese conocimiento que transforma y regenera la existencia misma de la ostra. Comentando el versículo,Él hizo bajar agua desde el cielo, para inundar los valles, cada uno de acuerdo con su capacidad (Qo 13,17), Qazzāli escribe: «Los comentarios nos dicen que el agua es la Gnosis y que los valles son los corazones» (Ibíd., p. 68).[3]Símbolo de revelación y de conocimiento, Shabestari equipara la lluvia con el conocimiento de los Nombres divinos:

De Dios en cada uno hay una parte, un regusto,
origen y retorno de cada uno es un Nombre divino.
En ese Nombre cada criatura tiene su ser,
a ese Nombre siempre alaba.
(Shabestari 1978, vv. 278-9, p. 28)

Cada gota de agua es un Nombre distinto, pero es también el Ser divino presente en su totalidad en cada una; lo Divino no es fragmentario. Shabestari escribe:

Si hiendes el corazón de una gota de agua
cien océanos puros emergerán de él.
(Ibíd., v. 146, p. 15)

Cuando la ostra alcanza con éxito la superficie, se encuentra en otro mundo. Se trata del reino de lo imaginal (′ālam-e mesāl), el lugar de la materia sutil y de la transformación alquímica, en el cual la gota de lluvia es una perla y la perla es una gota de lluvia. Aquí las realidades arquetípicas toman una forma sutil y llegan a ser visibles para el intelecto (′aql) capaz de discernir del gnóstico. Para recibir ese conocimiento se debe estar abierto al Cielo; como la ostra que debe ‘abrir la boca’ para recibir la lluvia, y por ello dice Shabestari al viajero:

Ve y limpia el espacio de tu corazón,
para que el ángel pueda habitar contigo.
(Ibíd., v. 594, p. 59)

La perla no es simplemente una ‘creación’ de la propia ostra, sino que es la creación de Dios mediante la ostra. La perla pertenece a lo que Ibn ′Arabi—cuyos escritos místicos fueron de central importancia para Shabestari—[4]define como “creación teofánica”. Henry Corbin, refiriéndose a la doctrina de Ibn ′Arabi de la creación teofánica, afirma:

Podríamos decir no sólo que el místico crea (es decir, es la causa de) aquello que existía ya en el mundo del Misterio [la lluvia] para que se manifieste en el mundo sensible [bajo forma de perla], sino además que Dios creó este efecto mediante él. Corbin 1969, p. 228)

Este encuentro místico implica una dialéctica entre la lluvia y la ostra. El movimiento de la ostra para recibir su gota de lluvia es como la «oración del heliotropo» que es llevado a seguir al sol siguiendo una «atracción recíproca y simultánea entre el ser manifestado y su príncipe celestial» (Ibíd., p. 106). La creación de la perla se basa en una unio sympathetica, entre la gota de agua y la ostra, entre el Nombre divino (el Señor revelado, el ángel del siervo) y el siervo mismo, por el cual y en el cual el Señor se hace visible (como perla). Así, ascender con la ostra, como el poeta, es tan sólo un vehículo, una caña hecha hueca para resonar con la música de Dios. Rumi escribe:

¡Estate callado! Mas ¿qué puedo hacer?
la lluvia llegó, y no soy sino un canalón.
(Chittick 1983, p. 271, Rumi Diwān 29280)

Una vez que la ostra ha recibido la gota de lluvia, desciende de nuevo al mundo formal de los objetos en el fondo del océano. Este descenso espiritual (tanzil) representa también el proceso de aspiración espiritual de la ostra, que como un artista da cuerpo objetivo a las visiones espirituales del corazón, un proceso mediante el cual la gota de lluvia se convierte en perla. Este encuentro también ilustra la naturaleza transformadora de la visión espiritual. La luz de la gnosis es la de un conocimiento que transforma el ser mismo del gnóstico. La ostra se ha transformado y lleva ahora un corazón de luz.
Debemos también señalar que la perla, como fruto de la transformación gnóstica, está relacionada con la ciencia tradicional de la alquimia. Entre los alquimistas europeos, uno de los nombres de la piedra filosofal era margarita pretiosa, la perla preciosa. Según las creencias islámicas tradicionales, la perla es el producto de la conjunción del fuego y el agua (Cirlot 1962, p. 251). Es la síntesis de los dos principios alquímicos opuestos de calor-expansión-fijación y frío-contracción-solución. La perla es símbolo de integración. Es ese cuerpo transformado en espíritu, y ese espíritu transformado en cuerpo.
Dentro de su ostra, la perla es el símbolo del “Tesoro escondido”, ansioso por ser revelado. Desde un punto de vista puramente fenoménico, la perla aparece como una joya dentro de una concha y es así la quintaesencia del tesoro oculto. Rumi escribe:

Hemos colocado estas perlas y estos frutos en tu tesoro y ni tú mismo tenías conocimiento de ello. Estaban escondidas en nuestro Conocimiento oculto. Antes de cobrar existencia, las cualidades y las bellezas que veis hoy en vosotros fueron perlas en el Océano invisible, ansiosas por entrar en los tesoros de los habitantes de la tierra firme. (Maŷāles-e sab′ah28, Chittick 1983, p. 200)

Se describe aquí el proceso completo de la teofanía de los Nombres divinos, desde la esencia preeterna de la perla, a su ocultamiento y su anhelo por ser descubierta (retornada) por su siervo. Rumi describe la gota de agua/perla en términos similares a la ‘caña melancólica’, que debe ser cortada para convertirse en el instrumento (flauta) por el cual Dios llega a conocerse a Sí mismo. Pues si el agua del océano no se elevara hacia el cielo, no habría perlas. Y Rumi escribe: «La gota que dejó su hogar, el mar, y retornó / halló una ostra esperándola y se convirtió en perla» (Schimmel 1992, p. 159). Como el junco, la perla anhela que la descubran para poder retornar a su fuente.

El buscador de perlas
La segunda parte del cuento de Shabestari de la perla y la ostra se refiere a este“regreso” de la perla gracias al buscador de perlas. Shabestari describe aquí el proceso que el buceador debe seguir si quiere tener acceso a la perla. Para poder conseguir la perla, el buscador debe hacer a la inversa el proceso de la ostra: debe bucear hasta las profundidades, volver con la ostra a la superficie, y abrir entonces la concha. Desde cierto punto de vista, esta actuación a la inversa, esta penetración desde fuera hacia adentro puede entenderse como el ta′wil, la hermenéutica espiritual. Del mismo modo en que la gota de lluvia y la vuelta de la ostra a su lecho en el fondo del mar representaban el descenso espiritual, tanzil, la recuperación de la ostra por el buceador representa su regreso, ta′wil. Esto nos recuerda el famoso aforismo del hermetismo: «Lo que está abajo es como lo que está arriba». La perla es el fruto del encuentro espiritual más elevado, pero debe ser encontrada en el lugar más bajo, en el fondo del océano. La tarea del buscador es de interiorización. Su tarea es devolver la perla a la superficie, pero al hacerlo debe ‘entrar para salir’. El ma′nā(significado) se revela al penetrar en el surat (símbolo). El buceador, como contemplador de lo sagrado, debe pues penetrar en el objeto desde fuera. La ostra es como un mandala: pasando por sus niveles más externos se llega a su centro, que es en definitiva la meta y la salida.
El simbolismo del buscador de perlas es también una forma profunda de expresar el viaje del adepto sufí por la Senda. La búsqueda de la perla es la búsqueda del intelecto. En palabras de Shabestari:

El buceador en este vasto mar es el intelecto
que tiene cien perlas envueltas en su ropa.
El corazón es para el conocimiento como un recipiente,
la concha del conocimiento del corazón son la palabra y las letras.
(Shabestari 1978, vv. 575-576, p. 57)

El buscador de perlas representa el intelecto, el conocimiento del corazón, mientras que la tierra firme es el símbolo del cuerpo. El proceso de bucear se refiere a la gnosis, que desarrolla el conocimiento del corazón, que Shabestari opone a los actos del cuerpo y al conocimiento superficial:

Un acto que procede de los bellos “estados” del corazón
es mucho mejor que este mero conocimiento de la “palabra”.
(Shabestari 1978, vv. 585, p. 58)

Aquellos que confían en «el conocimiento de la palabra» (las ciencias discursivas, teóricas) están lejos de los gnósticos que persiguen el «conocimiento del corazón», porque les falta la visión iluminativa directa de los gnósticos. Estos seguidores de la “palabra” nunca llegan a aproximarse a la perla; permanecen buscándola a tientas, sin esperanza alguna, en la superficie del agua. Como escribe Rumi:

Aunque esa persona saque cien mil baldes de agua del mar, no encontrará la perla. Se necesita un buceador de aguas profundas para descubrir la perla, y no un buceador cualquiera, sino uno que sea hábil y tenga suerte. Las artes y las ciencias son como sacar agua del mar con cubos; encontrar la perla es otra cosa. (Nasr 1968, p. 352)

Para encontrar la perla se debe ser un buceador. La imagen de bucear en el mar tiene un componente de iniciativa. El buceador, al igual que el sufí, debe dejar su casa en tierra firme —el reino de los asuntos mundanales— y someterse a un sistema riguroso de disciplina espiritual siguiendo las instrucciones de un maestro. El buceo nos recuerda que ese conocimiento tiene una dimensión vertical e interior. Bucear requiere una gran concentración: resistencia física y control de la respiración así como control de la mente sobre las propias reacciones instintivas y los miedos. El oficio del buscador de perlas es un oficio peligroso, un trabajo duro y lleno de incertidumbre. Los buceadores tradicionales solían trabajar en parejas (Moon 1987). El buceador debía ir siempre acompañado por otra persona que permanecía en el bote y sujetaba al buceador con una cuerda de seguridad. Pasado un tiempo, el que estaba en el bote tiraba del buceador hacia la superficie y lo devolvía al bote con las ostras recogidas. Lo mismo hace el aspirante a sufí, dirigido por su maestro en sus dificultades y sus trabajos. Y un viajero sin maestro es como un buceador sin cuerda de seguridad.

Rompiendo la concha
Una vez que se consigue la ostra, hallamos otros significados simbólicos relacionados con la ruptura de la concha de la ostra para encontrar la perla. Shabestari dice que la concha de la ostra pertenece a lo exotérico y lo formal:«diccionario, etimología, sintaxis y accidente» (Shabestari 1978, v. 579, p. 58). Advierte de que no se malgaste la vida en esta “cáscara seca”. Pero la concha también sirve a una función vital. La religión esotérica debe operar dentro de la esfera de lo exotérico. En el mundo sensible, el ma′nāsólo puede encontrarse a través del surat. Shabestari, por ello, escribe:

No encuentra la almendra quien no rompe la cáscara.
Sí, ciertamente, sin cáscara la almendra no madura,
pero, lo bello del conocimiento externo es la gnosis en su seno.
(Ibíd., vv. 581-2)

La concha de la ostra se refiere al cuerpo exterior, dentro del cual se encuentra la perla, que es lo más íntimo del corazón, el centro psico-espiritual del ser humano. La ostra y su perla es un símbolo excepcionalmente vívido de esta relación, pues en el nivel físico, la perla es esa recompensa que se halla dentro de un animal. La concha es el velo del ego, el nafs animal, que impide a la perla transmitir y recibir la luz de la gnosis. Romper la concha es anonadarse a sí mismo mediante el rigor y la disciplina de la pobreza espiritual. Sólo matando a la ostra se consigue la perla. Citando nuevamente a Rumi:

El Océano de pureza me dijo: “No alcanzarás tu deseo sin pagar por ello: en ti se halla una perla preciosa, rompe la concha”. (Chittick 1983, p. 303, Rumi Diwān 19859)

La ruptura de la concha es el acto final del sufí, por el cual alcanza el objetivo del anonadamiento (fanā′) de su ser y de la subsistencia (baqā′) en el Ser. La perla significa la vida regenerada de aquel que ha muerto antes de morir; mediante esta muerte se renace como perla. Esto nos recuerda las palabras de Hallāŷ: “Matadme, amigos fieles, pues en mi martirio está mi vida / mi muerte está en mi vida y mi vida en mi muerte”. Rumi escribe:

Una vez que te han liberado de esa jaula, tu casa será la rosaleda,
una vez que hayas roto la concha, morir será como la perla.
(Ibíd., p. 186, Diwān 21478)

Rumi advierte además al viajero que lo que se debe buscar no es la perla en sí, sino el principio de la perla, aquello por lo cual ésta brilla.

Sea cual sea la perla que veas, ¡busca otra en su interior! Cada joya te dice: “¡No te des por satisfecho con mi belleza, pues la luz en mi cara proviene de la vela de mi consciencia!” (Ibíd., p. 344, Diwān1424-1425)

La perla refleja esa luz que emana del rostro de lo Divino. El sufí que ha roto la concha de su ego se convierte en perla, en ser de luz. El que se hace completamente transparente se convierte en espejo de Dios. Este es el propósito del baqā′, la subsistencia en Dios. Rumi escribe:

Mi corazón es una ostra, la imagen del Amigo su perla,
pero incluso así no estoy delimitado, pues esa casa está llena de Él.
(Ibíd., p. 264, Diwān 6098)

La perla
Nuestro último punto será discutir qué significa la perla en sí misma y por lo tanto qué significa “llegar a ser perla”. La perla es un símbolo fundamental de perfección cosmológica, tanto en su forma como en su color. Como símbolo de perfección, la perla representa las doctrinas sufíes de la unidad del Ser (wahdat-e woŷud) y del Hombre universal (ensān-e kāmel). Por su forma, la perla es una esfera, que corresponde al arquetipo de la Unidad. Ser una perla es estar más allá de toda dualidad, ser Uno. En el pensamiento islámico, la perla se identifica también con el andrógino, el «”hombre esférico” a la vez primordial y final» (Cirlot 1962, p. 251). Ser perla es recuperar la propia identidad primordial, alcanzar la perfección, convertirse en espejo de Dios.

Del mismo modo en que el Hombre universal, el arquetipo del cosmos, contiene en sí todas las ‘ideas’ platónicas, el gnóstico, que ha realizado su unidad interior con su arquetipo, se convierte en el espejo en el que Dios contempla sus propios Nombres y Cualidades. (Nasr 1968, p. 347)

La segunda característica llamativa de la perla es su brillo lechoso, luminoso. La perla es blanca, que es el color de la unidad y de la perfección. Ardalan y Bakhtiar escriben:

El blanco es la integración de todos los colores, puro e inmaculado. En su estado no manifestado es el color de la Luz pura antes de la individualización, antes de que el uno se convierta en múltiple. La Luz, que se ve simbólicamente como blanca, desciende desde el sol y simboliza la unidad. (Ardalan y Bakhtiar 1973, p. 48)

Convertirse en perla es ser pura luz, absorto en la Unión divina. Como símbolo de la realización suprema en la senda sufí, la perla se identifica también con el Profeta, al que Rumi llama «la perla maravillosa, única» (Chittick 1983, p. 75, MasnawiIV 3445). Pues de acuerdo con la doctrina sufí, la realidad íntima del Profeta es la Luz mohammadiana (al-nur al-mohammadi), el Logos y el arquetipo del cosmos, que ilumina y sustenta la creación entera (Nasr 1968, p. 340). Como símbolo de la Unidad y la Perfección, la perla brilla con la luz del Profeta.
Vemos pues que en su nivel más elevado, la perla viene a simbolizar la unidad del Ser y el Hombre universal. La perla representa la aspiración más elevada de las ostras, de los buceadores, y de todos los viajeros de la Senda. En la poesía de Shabestari y de Rumi se nos revela el secreto de las ostras de Omán; se señala al buceador el lecho del mar en que se halla la ostra. Encontrar la ostra, abrir su concha y convertirse finalmente en perla, es el trabajo en la vida del buceador. Hemos visto que esa búsqueda es en sí peligrosa y llena de incertidumbre. Sin embargo el buceador es sujetado por su guía en la barca, y si tiene devoción, puede conseguirlo. Pero antes de que el buscador pueda participar de la belleza de la perla, debe penetrar y romper la concha de su ego, y anonadar su yo. Hecho esto, el buceador desaparece y sólo queda la perla, brillante y perfecta. El verdadero buscador, como la ostra verdadera, sólo tiene un propósito: la perla. Sin perla, buceador y ostra no tienen nada. Como escribe Rumi:

La peor de todas las muertes es estar sin Amor.
¿Por qué tiembla la ostra? Por la perla.
(Chittick 1983, p. 213, RumiDiwān 13297)
 
 

jueves, 26 de septiembre de 2013

Poesía Mística Sufi


Una gota que caía de una nube tormentosa
se sintió turbada por la extensión del mar:
“¿Quién soy yo ante la vastedad del océano?
¡Si así es El, yo no soy nada!
Mientras se veía a sí misma con el ojo del desencanto
una concha la cobijó en su seno.
Tanto nutren los cielos las cosas
que la gota se trasformó en una célebre perla real:
nacida de lo alto para caer en lo bajo
golpeó la puerta de la nada:...
hasta que el ser advino.

SAADI
 
 

Bahaudin Naqshband dijo:


Cuando un hombre viene a verte, recuerda que su comportamiento y sus palabras son una mezcla. El no ha venido a comprar, a vender, a convencerte, a dar u obtener un consuelo, a comprender o a hacerte comprender. Casi invariablemente ha venido a hacer todas estas cosas y muchas más.
Como las pieles de una cebolla, revelara una profundidad tras otra. Finalmente encontraras, por lo que dice, qué es lo que internamente está percibiendo en ti.
Cuando llegue este momento, ignorarás completamente la aparente substancia y significado de sus palabras o acciones, porque estarás percibiendo la realidad mas allá.
Ten presente que el otro individuo, mientras hace esto, es casi siempre totalmente inconsciente de que está hablando el lenguaje “del corazón” (comunicación directa).
Puede imaginar que hay una razón erudita, cultural o de otro tipo para su comportamiento.
De este modo en el cual el Sufi lee mente que no se pueden leer a si mismas. Además, el Sufi sabe cuan competente para la comprensión real es la otra persona, cual es la extensión real de su conocimiento – dejando anulado lo que la otra persona piensa que conoce – y cuanto puede progresar realmente.

Este es el propósito de sohbat (compañía humana)

¿Cómo puede un pensamiento pequeño ser obstáculo para uno grande?

¿Cómo puede un pensamiento pequeño ser obstáculo para uno grande?
Alguien preguntó:

- ¿Cómo puede un pensamiento pequeño ser obstáculo para uno grande? Si una persona ha adquirido capacidades que le permiten comprender cosas importantes, ¿acaso no le capacitará esto plenamente para superar la influencia distorsionante de los pensamientos pequeños?

Sayed Nimr dijo:

-Recoged piedras, todos vosotros, piedras pequeñas. Estas piedras no bloquean la visión cuando están a cierta distancia: son demasiado pequeñas. Pero si mantenéis incluso la mas pequeña de las piedras delante de vuestro ojo, aparecerá como grande, porque será un obstáculo para la visión, bloqueará la vista.

 
 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Sufismo


Estamos chocando unos con otros como barcos:
nuestros ojos estan a oscuras,
aunque el agua este clara.

Dormidos en el bote del cuerpo,
flotamos ajenos al Agua del agua.
 
 

viernes, 13 de septiembre de 2013

Poesía Sufi.




Verso 109

Oh Copero, Oh Copero,
Hoy en día usted y yo existimos aquí
Han caído en aguas profundas.
Vamos a ver quien sabe como nadar.

Si una inundación cubre la tierra
Con olas tan grandes como los camellos,
Las aves no tienen que preocuparse.
Ellas no piensan nada
Mientras vuelan en el cielo.

Nuestro rostro brilla con gratitud.
Estamos mezclados como pez en las olas del mar.
Mar y inundación da vida al pez
Los hace más vivos.

Oh Maestro, danos un barco.
Oh Agua, levántate, sumergenos con tus olas.
O Moisés, hijo de Imran,
Golpea el mar con tu vara

Este vino causa diferentes tipos de embriaguez
En cada cabeza,
Pero el amor de ese Copero
Es suficiente para mí.
Puedes tener el resto.
El Copero agarró
Todos los borrachos de gorra ayer.
Hoy Él está sirviendo copa tras copa de vino
Para tomar nuestros mantos lejos.

Oh, hermosa, de quien
La Luna y Júpiter están celosos,
Tú estás conmigo en secreto, como un hada,
Jalando de mí con finura, sin decirme
Donde me estas llevando.

¡Oh, mis dos ojos, la luz de mis ojos,
Dondequiera que voy, tú estás conmigo.
Si lo desea, jálame hacia la taberna,
embriágame,
o tira de mi hacia la Nada.
Aniquílame!

Acepto este mundo como el Monte Sinaí.
También queremos manifestación, como Moisés.
Cada momento Dios se manifiesta,
Cada momento
La montaña esta rota en piezas.

Llega un momento, cuando se vuelve verde,
En otro momento, extremadamente blanco,
Claro y hermoso.
Una vez se vuelve perla,
Luego, rojo ámbar.

Oh los que quieren llegar a él, verlo,
Mira en la montaña, donde Él se manifiesta.
Oh montaña, ¿qué tipo de vino has bebido?
Nos hemos embriagado. Ven, oh amigo, ven.

Oh Dueño del jardín, Jardinero,
¿Por qué nos retienes?
¿Por qué no, Tú, nos dejas ser libres?
Si comemos la uva, Tú toma nuestro turbante.
 
 

Diwan de poesía sufí



La nave de los enamorados de Allah


A causa de tu amor, yo soy más loco que el más loco,
porque en hermosura, Tú eres más perla que cualquier otra perla.

-------

Respecto a la razón de esto o de aquello, nosotros somos locos,
y, sin embargo, somos sabios, más sabios que el más sabio.

-------

A cada instante voy haciéndome más familiar contigo, con alma y corazón,
y, sin embargo, veo que Tú eres conmigo aún más extraño que cualquier extraño

-------
Que maravilloso que seas extraño, en lo extraño
y descubriéndote en nuestro encuentro… Amado
 
 

Rumi. Misticismo y sufismo.

Estamos chocando unos con otros como barcos: nuestros ojos estan a oscuras, aunque el agua este clara. Dormidos en el bote del cuerpo, flotamos ajenos al Agua del agua.

Camino Sufi.

Perlas Sufies RUMI

sábado, 7 de septiembre de 2013

El diario del loco enamorado. Autoconocimiento y desarrollo personal.

DÍA 17:


Bajo la férula del jefe ilimitado, hubo que construir murallas y altas torres, cavar fosos, hacer de la ciudad una fortaleza, edificar en su interior un monstruoso palacio de mármol.


Los niños ya no jugaban, Ya no tenían permiso para reirse. Dejaron de ser videntes. Ni los amantes se paseaban por los bosques y los jardines. Siempre estaba prohibido......prohibido divertirse, bromear, sonreir, besarse entre los juncos. Prohibido todo lo que no gustaba al Gran conquistador. Y lo que desagradaba por encima de todo al conquistador del mundo, al jefe ilimitado, eran las risas y los juegos, los gritos alegres y libres de los niños, los cantos de los pájaros, los besos de los amantes.
 
http://eldiariodellocoenamorado.blogspot.com.es/
 
 

lunes, 2 de septiembre de 2013

DEFINICIONES DE AMOR

Según niños de 4 a 8 años

( tomado de la web)


De una encuesta hecha por profesionales de Educación y Psicología, con un grupo de niños de 4 a 8 años

Respuestas:

“Amor es cuando alguien te incomoda, y tú, aunque estás muy enojado, no gritas, porque sabes que hieres sus sentimientos” Mateos, 6 años

“Cuando mi abuela se enfermó de artritis, ella no se podía agachar para pintarse las uñas de los pies, mi abuelo, desde entonces, pinta las uñas de ella aunque él también tiene artritis” Rebeca, 8 años

“Amor es cuando una niña se coloca perfume y el niño se coloca loción para después de afeitarse, ellos salen juntos y se huelen” Carlitos, 5 años

“Yo se que mi hermana mayor me ama, porque ella me dio todas sus ropas viejas y tuvo que salir a comprar ropas nuevas” Lorena, 4 años

“Amor es como una viejita y un viejito que son muy amigos todavía, aunque se conocen hace mucho tiempo” Tomasito, 6 años

“Cuando alguien te ama, la forma de decir tu nombre es diferente” Patricio, 4 años

“Amor es cuando tú sales a comer y ofreces tus papas fritas, sin esperar que la otra persona te ofrezca las papas fritas de ella” Cristinita, 6 años

“Amor es lo que sentimos en la navidad, cuando tú paras de abrir los regalos y los escuchas” Robertito, 5 años.

“Si tú quieres aprender a amar mejor, debes comenzar con un amigo que a ti no te guste” Maggie, 6 años.

“Cuando tú hablas con alguien de ti, sobre alguna cosa mala, aunque sientas miedo de que esta persona no te ame más por este motivo, ahí tú te sorprendes, ya que no solamente te continua amando, como ahora si no que te ama todavía más” Quenita, 7 años

“Amor es cuando la mamá ve al papá hediondo y de mal olor y dice que es más bonito que Robert Redford” Cristina, 8 años

“Durante mi presentación de piano, yo ví a mi papá en la platea levantando su mano y sonriendo, era la única persona haciendo esto, y yo no sentía miedo” Marcela, 8 años

“Amor es cuando tú le dices a un chico que él está vistiendo una camisa linda y él se la pone todos los días” Noelia, 7 años

“No deberíamos decir te amo sino cuando realmente lo sentimos, y si lo sentimos, deberíamos decirlo muchas veces. Las personas se olvidan de decirlo” Jessica, 8 años

“Amor es abrazarse y besarse, amor es decir no” Paty, 8 años

“Cuando tú amas a alguien, sus ojos suben y bajan y pequeñas estrellitas salen de ti” Karina, 7 años

“Dios debería haber dicho algunas palabras mágicas para que los clavos se cayeran de la cruz, más él no lo hizo. Esto es amor” Max, 5 años

“Amor es cuando tu perro te lame la cara, aunque tú lo dejas solo el día entero”. Anita, 4 años

sábado, 17 de agosto de 2013

EL POZO DEL LEON. Cuento Sufi de Rumi.

Los animales vivían todos con el temor del león. Las grandes selvas y las vastas praderas les parecían demasiado pequeñas. Se pusieron de acuerdo y fueron a visitar al león. Le dijeron:
"Deja de perseguirnos. Cada día, uno de nosotros se sacrificará para servirte de alimento. Así, la hierba que comemos y el agua que bebemos no tendrán ya este amargor que les encontramos."


El león respondió:


"Si eso no es una astucia vuestra y cumplís esta promesa, entonces estoy perfectamente de acuerdo. Conozco demasiado las triquiñuelas de los hombres y el profeta dijo: "El fiel no repite dos veces el mismo error"."


"¡Oh, sabio! -dijeron los animales-, es inútil querer protegerse contra el destino. No saques tus garras contra él. ¡Ten paciencia y sométete a las decisiones de Dios para que El te proteja!"


"Lo que decís es justo -dijo el león-, pero más vale actuar que tener paciencia, pues el profeta dijo: "Es preferible que uno ate su camello!""


Los animales:


"Las criaturas trabajan para el carnicero. No hay nada mejor que la sumisión. Mira el niño de pecho; para él, sus pies y sus manos no existen pues son los hombros de su padre los que lo sostienen. Pero cuando crece, es el vigor de sus pies el que lo obliga a tomarse el trabajo de caminar."


-Es verdad, reconoció el león, pero ¿por qué cojear cuando tenemos pies? Si el dueño de la casa tiende el hacha a su servidor, éste comprende lo que debe hacer. Del mismo modo, Dios nos ha provisto de manos y de pies. Someterse antes de llegar a su lado, me parece una mala cosa. Pues dormir no aprovecha sino a la sombra de un árbol frutal. Así el viento hace caer la fruta necesaria. Dormir en medio de un camino por el que pasan bandidos es peligroso. La paciencia no tiene valor sino una vez que se ha sembrado la semilla."


Los animales respondieron:


"Desde toda la eternidad, miles de hombres fracasan en sus empresas, pues, si una cosa no se decide en la eternidad, no puede realizarse. Ninguna precaución resulta útil si Dios no ha dado su consentimiento. Trabajar y adquirir bienes no debe ser una preocupación para las criaturas."


Así, cada una de las partes desarrolló sus ideas por medio de muchos argumentos pero, finalmente, el zorro, la gacela, el conejo y el chacal lograron convencer al león.


Así pues, un animal se presentaba al león cada día y éste no tenía que preocuparse ya por la caza. Los animales respetaban su compromiso sin que fuese necesario obligarlos.


Cuando llegó el turno al conejo, éste se puso a lamentarse. Los demás animales le dijeron:


"Todos los demás han cumplido su palabra. A ti te toca. Ve lo más aprisa posible junto al león y no intentes trucos con él."


El conejo les dijo:


"¡Oh, ámigos míos! Dadme un poco de tiempo para que mis artimañas os liberen de ese yugo. Eso saldréis ganando, vosotros y vuestros hijos."


-Dinos cuál es tu idea, dijeron los animales.


-Es una triquiñuela, dijo el conejo: cuando se habla ante un espejo, el vaho empaña la imagen."


Así que el conejo no se apresuró a ir al encuentro del león. Durante ese tiempo, el león rugía, lleno de impaciencia y de cólera. Se decía:


"¡Me han engañado con sus promesas! Por haberlos escuchado, me veo en camino de la ruina. Heme aquí herido por una espada de madera. Pero, a partir de hoy, ya no los escucharé."


Al caer la noche, el conejo fue a casa del león. Cuando lo vio llegar, el león, dominado por la cólera, era como una bola de fuego. Sin mostrar temor, el conejo se acercó a él, con gesto amargado y contrariado. Pues unas maneras tímidas hacen sospechar culpabilidad. El león le dijo:


"Yo he abatido a bueyes y a elefantes. ¿Cómo es que un conejo se atreve a provocarme?"


El conejo le dijo:


"Permíteme que te explique: he tenido muchas dificultades para llegar hasta aquí. Había salido incluso con un amigo. Pero, en el camino, hemos sido perseguidos por otro león. Nosotros le dijimos: "Somos servidores de un sultán " Pero él rugió: "¿Quién es ese sultán? ¿Es que hay otro sultán que no sea yo?" Le suplicamos mucho tiempo y, finalmente, se quedó con mi amigo, que era más hermoso y más gordo que yo. De modo que otro león se ha atravesado en nuestros acuerdos. Si deseas que mantengamos nuestras promesas, tienes que despejar el camino y destruir a este enemigo, pues no te tiene ningún temor."


-¿Dónde está? dijo el león. ¡Vamos, muéstrame el camino!"


El conejo condujo al león hacia un pozo que había encontrado antes. Cuando llegaron al borde del pozo, el conejo se quedó atrás. El león le dijo:


"¿Por qué te detienes? ¡Pasa delante!"


"Tengo miedo, dijo el conejo. ¡Mira qué pálida se ha puesto mi cara!"


-¿De qué tienes miedo?" preguntó el león.


El conejo respondió:


"¡En ese pozo vive el otro león!"


-Adelántate, dijo el león. ¡Echa una ojeada sólo para verificar si está ahí!


-Nunca me atreveré, dijo el conejo, si no estoy protegido por tus brazos."


El león sujetó al conejo contra él y miró al pozo. Vio su reflejo y el del conejo. Tomando este reflejo por otro león y otro conejo, dejó al conejo a un lado y se tiró al pozo.


Esta es la suerte de los que escuchan las palabras de sus enemigos. El león tomó su reflejo por un enemigo y desenvainó contra sí mismo la espada de la muerte.
 
 
 

Ibn Arabi de Murcia a Damasco


Por: Paco Nadal


Ibn Arabí, místico islámico, filósofo y poeta nacido en Murcia en 1165. Uno de los grandes sabios murcianos y españoles de todos los tiempos.

Ibn Arabí fue además de sabio, un increíble viajero y su currículo de desplazamientos deja en mantillas al de cualquier turista moderno.

En una época en la que viajar significaba jugarse la vida, Ibn Arabí recorrió a pie más de 30.000 kilómetros por Oriente y Occidente con un único propósito: conocer a sabios y maestros e intercambiar conocimientos con ellos. Toda una lección del viaje como fuente de saber y de conocimiento.

En 1193 caminó desde Sevilla a Túnez solo para conocer a uno de sus maestros. Como él mismo cuenta en su libro autobiográfico Ruh al-quds, se necesitaban tres meses para llegar a Túnez en caravana. Luego paso tres años viajando entre Sevilla y Fez.

En 1200 fue hasta Marraquech. Y de allí, en un viaje que duró otros dos años, hasta La Meca. Pasó los 18 siguientes años viajando por todo Oriente Medio: Bagdad, El Cairo, Alepo, Mosul, Konia, otra vez La Meca, de nuevo a Bagdad, seis años en Malatya (Anatolia), otra vez El Cairo hasta que por fin, en 1223, se estableció en Damasco, donde murió en 1240 a la edad de 75 años.

Durante los viajes no paraba meditar y de escribir. Se le reconocen más de 350 libros, que le convirtieron en uno de los genios del sufismo y de la historia de la espiritualidad.


Suya es esta frase, tan vigente en el siglo XII como en el actual: “Reconocer y aceptar hasta sus últimas consecuencias la energía del corazón. Seguir su huella. El movimiento, el viaje, es inherente a todo lo vivo”.
 
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Rumi, de Balj a Damasco



Vida


Yalal ad-din Rumi nació en la ciudad de Balj, Afganistán, en 1207. Alrededor del año 1220, cuando Rumi tenía doce años, su familia dejó las provincias orientales de Persia con un grupo de discípulos y viajó hacia el oeste a causa de las invasiones del imperio mongol. Durante esta peregrinación conoció lugares como Jorasán, Bagdad, La Meca, Medina, Jerusalén, Alepo y Damasco, llegando a conocer a muchos de los eruditos y sufíes de la época.

Entre los encuentros con estos eruditos, se cuenta que en la ciudad de Nayshapur conoció al renombrado poeta persa sufí Farid al-din Attar quien le renombró como Yalal ad-Din. Al parecer el Jeque Attar quedó muy impresionado por el joven Rumi, y le dijo a su padre luego de regalarle una copia de su "Asrar Nameh" (Libro de los secretos): "Pronto este hijo tuyo hará arder a los aspirantes espirituales de este mundo".

Hacia el año 1230 y probablemente por una invitación de Kaikubad I, el gran juez de Anatolia, el padre de Rumi, Baha'uddin Walad, tomó rumbo a Asia Menor y se instaló en Konya, Turquía, una ciudad relacionada con su familia hasta el día de hoy. Baha'uddin Walad y su familia fue bienvenida y recibida afectuosamente en Konya, lugar que acogía en esos momento a muchos inmigrantes provenientes de las ciudades orientales de Persia, dado que Anatolia representaba un refugio tranquilo en el Mundo Islámico durante los turbulentos años de la invasión mongólica. Baha'uddin Walad adquirió fama rápidamente como un erudito religioso y sufí, llegando a ser el autor del "Ma'arif", obra maestra del sufismo. Murió con honor cuando Rumi tenía 24 años de edad.

Para ese entonces Rumi, casado y con su primer hijo (el que sería Sultan Veled), ya había comenzado su acercamiento y contacto con la espiritualidad gracias a la instrucción comenzada por su progenitor y continuada bajo la tutela de Sayyid Burjanedín de Balkh, amigo cercano de su padre, quien lo iniciaría en los misterios del Sufismo.

El primer contacto que toma Rumi con Sayyid es interesante: Sayyid al momento de la muerte de su amigo, el padre de Rumi, se encontraba en Balj (Jorasán), y comprendió que debía ir a Konya para asumir la educación espiritual de Yalal ad-din (Rumi). Alrededor de un año después Sayyid se encuentra con Rumi y durante nueve años le instruye en la "ciencia de los profetas y los estados". Esta instrucción comenzó con un retiro estricto de cuarenta días continuando con varias disciplinas de meditación y ayuno.

Con el tiempo, Rumi creció en el conocimiento y la ciencia de Dios. En uno de sus encuentros con Sayyid, quien sintió que había cumplido su cometido respecto a Rumi, éste le dijo: “Ya estás preparado, hijo mío. No tienes igual en ninguna de las ramas del aprendizaje. Te has convertido en un león del conocimiento. Yo también soy un león y no es necesario que los dos estemos acá, por eso quiero marcharme. Más aún, un gran amigo vendrá a ti y serán cada uno el espejo del otro. Él te guiará hacia las partes más profundas del mundo espiritual, y tú le guiarás a él. Cada uno de ustedes complementará al otro, y serán los mejores amigos del mundo entero.” Y así fue como Sayyid anunció la llegada de Shams-e-Tabrizi, el evento central de la vida de Rumi. Sayyid, luego de este encuentro, quiso vivir el resto de sus años en aislamiento.

Rumi, ya convertido en maestro, tanto en las ciencias del Shari como del Sufismo, estableció un círculo alrededor de Konya, en algún momento entre 1240 a 1244, centrándose en la enseñanza, la meditación, ayudando a los pobres y en actividades de aprendizaje. Se cuenta que era un profesor muy popular, y que no menos de cuatrocientos estudiantes asistían a sus clases.

En 1244 y a la edad de treinta y siete años, Rumi conoció al errante espiritual llamado Shams-e-Tabrizi, que había llegado a Konya ese año después de permanecer un corto lapso en Bagdad. Shams era un sufí misterioso y poderoso; incluso su muerte no ha sido resuelta aún, y tiene tumbas que se han convertido en puntos de peregrinación hasta el día de hoy.

El encuentro de Rumi con Shams puede compararse con el encuentro de Abraham con Melquisedec. La siguiente explicación se la debo a Murat Yagan: “Un Melquisedec y un Shams son mensajeros de la Fuente. No hacen nada por sí mismos, sino que traen iluminación a alguien que puede recibirla, alguien que está muy completo o muy vacío. Mawlana era uno que estaba muy completo. Luego de recibirla pudo aplicar este mensaje para beneficio de la humanidad.”

Este encuentro marca el punto de inflexión en la vida de Rumi, quien hasta ese entonces había sido un profesor de religión eminente y un místico elevado para convertirse en un poeta extático y gran amante de la humanidad.

El primer poema escrito por Rumi está en una carta para Shams, y de la época de su encuentro hasta la muerte de Rumi, Shams nunca dejó de componer poesías. La amistad afectiva y espiritual entre estas dos figuras altísimas es infrecuente en la historia del Sufismo y se hizo proverbial en Oriente.

El hecho de que Rumi pasara todo el día con Shams, generó un creciente sentimiendo de celos en sus discípulos y por el acoso de éstos Shams debió dejar Konya. Rumi se angustió tanto por este alejamiento que le escribió numerosas cartas y mensajes que contenían poemas en persa y árabe.

Ven y visita mi casa por algún tiempo

Que la luz del Amor puede brillar

Desde Konya a Samarcanda

Y Bojará por algún tiempo...

Finalmente pudo encontrarle y convencerle de su regreso, ambas acciones llevadas a buen puerto gracias a la intervención de su propio hijo el Sultán Veled.

La segunda desaparición de Shams, sin embargo, resultó ser la última. Durante la noche del 5 de diciembre de 1248, mientras Rumi y Shams estaban charlando, Shams fue llamado a la puerta. Ésa fue la última vez que Rumi le vería. Se piensa que fue asesinado por discípulos resentidos por su influencia sobre su maestro. El misterio de su ausencia envolvió el mundo de Rumi y lo buscó viajando durante dos años, incluso a lugares tan lejanos como Damasco. Pero todos sus intentos fueron en vano y fue allí que escribió:

¿Por qué debo buscarlo? Soy el mismo, soy como él.

Su esencia habla a través de mí.

¡Me he estado buscando!

Si bien Rumi era un hombre de Conocimiento y Santidad, la profecía de Sayyid se cumpliría luego de su encuentro con Shams en el sentido de que él "ahogaría las almas de los hombres en una vida nueva y en la abundancia inconmensurable de Dios… y traería de nuevo a la vida a los muertos de este falso mundo aportando… significado y amor."

Rumi regresó a Konya, empezó su instrucción abierta del Sufismo y creó la danza espiritual de los derviches giróvagos, por la que la orden Mevleví ha sido famosa durante los siguientes siglos.

Para ese entonces, Rumi había desarrollado una profunda amistad espiritual con Husamedín Chelebi. En uno de sus paseos por los viñedos de Meran, en la afueras de Konya, Husamedín le explicó una idea que tenía: "Si escribieras un libro como el Ilahiname de Sanaí, o como el Mantiq’iut-Tayr’i de Faridudín Attar, éste se convertiría en la compañía de muchos trovadores. Ellos llenarían sus corazones con tu trabajo y compondrían música para acompañarlo."

Rumi sonrió y extrajo del interior de los pliegues de su turbante, un trozo de papel en el que había escrito las famosas dieciocho líneas iniciales de lo que sería luego el Masnavi:

Escucha el ney, y la historia que cuenta,

como canta acerca de la separación...

Al escuchar esto, Husamedín lloró de alegría y le rogó a Rumi que escribiera más volúmenes. Rumi le respondió con un pedido: "Chelebi, si tú consientes en escribir para mi, yo recitaré". Y fue así como Rumi, a sus cincuenta años, inició el dictado de su monumental obra, el Masnavi. Husamedín describió el proceso diciendo: "Él nunca tomó una pluma en su mano mientras componía el Masnavi. Dondequiera que estuviese, ya sea en la escuela, en los baños termales del Ilgin, en los baños de Konya, o en los viñedos de Meran, yo escribía lo que él recitaba. A menudo apenas podía seguirle el paso, a veces día y noche durante varios días. Otras veces no componía durante meses, y una vez estuvo dos años sin producir nada. Al término de cada libro, yo se lo leía de vuelta, de modo que pudiera corregir lo que había escrito."







Museo de Rumi en Konya, Turquía.

En diciembre del año 1273, Yalal al-Din cayó enfermo. Sabía que el momento del encuentro con el Amado estaba cercano, un momento que para él era uno de los más felices de su vida. Pronosticó su propia muerte y escribió el conocido "Ghazal", que empieza con la estrofa:

¿Cómo sabes qué clase de rey tengo dentro de mí como compañero?

No pruebes una mirada sobre mi dorado rostro, porque tengo piernas de hierro.

Rumi falleció el 17 de diciembre de 1273, en paz y rodeado por su progenie espiritual, que incluía también a su familia más cercana. El reconocido maestro sufi, Sadr Qunyawi, fue el encargado de las plegarias ante el cuerpo y los restos terrenales de Rumi, uno de los maestros sufís más grandes de la historia y el poeta sufi y persa más reconocido en el mundo. Su tumba en Konya es hasta el día de hoy uno de los lugares más importantes de peregrinación del mundo islámico, una segunda Ka'ba para los sufíes y el centro espiritual de Turquía.
Sus enseñanzas

El tema general de sus pensamientos, así como los de otros escritores sufíes, está esencialmente enfocada sobre el concepto de Tawheed (unidad) y la unión con su Amado (la fuente principal) de donde hemos sido cortados y del constante lamento por esta separación y su constante deseo de volver al "cañaveral" (la unidad):







Mujer tocando el ney o flauta de caña. Pintura del Palacio Hasht-Behesht en Isfahán, Irán, 1669.

Escucha el ney, y la historia que cuenta,

como canta acerca de la separación:

Desde que me cortaron del cañaveral,

mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.

Deseo hallar un corazón desgarrado por la separación,

para hablarle del dolor del anhelo.

Todo el que se ha alejado de su origen,

añora el instante de la unión.

[...]

Cuando la rosa se haya ido y el jardín esté marchito,

no podrás escuchar más la canción del ruiseñor.

El Amado lo es todo; el amante apenas un velo.

El Amado está viviendo; el amante es una cosa muerta.

Ama las voluntades de lo que traen estas palabras.

[...]

Le pregunté al ney (flauta de caña):

¿de qué te lamentas?

¿cómo puedes gemir sin poseer lengua?

El ney respondió:

Me han separado del cañaveral

y ya no puedo vivir sin gemir y lamentarme

El "Masnavi" entreteje fábulas, escenas de la vida cotidiana, revelaciones Coránicas y exégesis y temas metafísicos, formando un extenso e intrincado tapiz. Rumi se considera un ejemplo de un "ensaneh kaamel" -el humano perfeccionado o completo-. Él dijo de sí mismo "no soy un profeta, pero seguramente he traído unas Escrituras". Rumi creyó apasionadamente en el uso de la música, la poesía y el baile como medio de búsqueda para alcanzar a Dios. Para Rumi, la música ayuda a los devotos a centrar su ser en lo divino, y a hacer esto tan intenso que el alma se destruya y resucite. Fue ésta la idea que en la práctica desarrollaron los Derviches Giróvagos en una forma ritual. Él fundó la orden del Mevleví, y creó el "Sema", una danza sagrada. En la tradición de la orden Mevleví, la Sema representa un viaje místico de desarrollo espiritual, permitiendo el perfeccionamiento de la mente y el amor. En este viaje el buscador da vueltas simbólicamente hacia la verdad, crece con amor, abandona el ego, encuentra la verdad, y llega a la "Perfección"; luego regresa de este viaje espiritual con mayor madurez, para amar y estar al servicio del conjunto de la creación, sin discriminación hacia las creencias, razas, clases y naciones.

Según Shahram Shiva, una de las razones del renombre de Rumi es que "Rumi puede verbalizar el altamente personal y a menudo confuso mundo del crecimiento personal/espiritual y místico de una manera muy concisa y directa. Él no ofende a nadie e incluye a todos en sus textos. El mundo de Rumi no es ni exclusivamente el mundo de un sufí, ni el mundo de un hindú, ni un judío, ni un cristiano; es el estado más alto de un ser humano, un ser humano completamente desarrollado, no encasillado por limitaciones culturales; él toca a cada uno de nosotros.

Ven, ven, quienquiera que seas;

Seas infiel, idólatra o pagano, ven

Este no es un lugar de desesperación

Incluso si has roto tus votos cientos de veces, aún ven!

Los poemas de Rumi se pueden oír hoy en las iglesias, sinagogas, monasterios de Zen, así como en los escenarios del arte y de la música en Nueva York. Según el profesor Majid M. Naini, la vida y la transformación de Rumi proporcionan el testimonio y la prueba verdadera de que las gentes de todas las religiones y procedencias puede vivir juntas en paz y armonía. Las visiones, las palabras, y la vida de Rumi enseñan cómo alcanzar la paz y felicidad interna, para poder, finalmente, parar la corriente continua de la hostilidad y el odio y alcanzar la paz y armonía globales verdaderas.

¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozoo a mí mismo.

No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.

No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.

No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.

No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.

No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.

No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.

No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.

No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.

No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.

Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la sinseñal.

No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.

He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;

Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.

Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;

no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana.
Principales obras







Página de un manuscrito de la obra de Mevlana (Rumi) "Diwan-e Shams-e Tabriz-i", datado en 1503.

La poesía de Rumi se divide a menudo en varias categorías: los quatrains (rubaiyat) y ghazals (odas) del Diván, los seis libros del Masnavi, los Discursos, las Cartas, y los seis sermones casi desconocidos.

El trabajo más importante de Rumi es el Masnavi-ye Manavi (coplas espirituales), reunidas en seis volúmenes, considerada por muchos sufíes como en segundo lugar en importancia tras el Corán. De hecho al Masnavi a menudo se lo llama el "Qur'an-e Parsi" (el Corán persa). Es considerada por muchos como uno de los trabajos más grandes de la poesía mística.

El otro trabajo importante de Rumi es el Diwan-e Shams-e Tabriz-i (El Trabajo de Shams de Tabriz - nombrada en honor a su gran amigo e inspirador, el derviche Shams), compuesta de unos 40.000 versos. Varias razones se han ofrecido explicando la decisión de Rumi de nombrar su obra maestra después de su encuentros con Shams. Algunos discuten que puesto que Rumi no habría sido poeta sin Shams, fue apropiado que la colección fuera titulada con el nombre de él. Otros han sugerido que al final, Rumi se convirtió en Shams, por lo tanto la colección es en verdad de Shams hablando a través de Rumi. Ambos trabajos están entre los más importantes de toda la literatura persa.

Por su parte el "Fihi Ma Fih" (En lo que hay en ello) se compone de los discursos de Rumi sobre diversos temas. Rumi no preparó ni escribió estos discursos. Fueron registrados por su hijo, el sultán Veled o algún otro discípulo de Rumi y recopilados en forma de libro. Algunos de los discursos están destinados a Muin al-Din Parvane. Algunas partes del libro son también comentarios del Masnavi.

Majalis-i Sab'a (Siete Sesiones) contiene siete sermones dados en siete asambleas. Estos sermones fueron dados a petición de personas notables, especialmente al-Dinar Zarqubi de Salah.
Su legado
La Orden Mevlevi

La Orden Mevleví o de los Derviches Giróvagos es una orden derviche (tariqa) de Turquía, fundada por los discípulos de este gran maestro y poeta sufí. La sede de la orden se halla en Konya (Turquía). Los mevlevíes (de la voz árabe maulana, mevlana en turco, "nuestro maestro", sobrenombre de ar-Rumí), alcanzan el éxtasis místico (uaÿd) en virtud de la danza (samá’), símbolo del baile de los planetas. Los derviches (del persa darwish: "visitador de puertas") mevlevíes giran sobre sí mismo hasta conseguir el éxtasis. La danza es acompañada de flautas, atabales, tamboriles, esa especie de violines llamados kamanché, y laudes de mástil largo como el saz turco.
 
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