sábado, 9 de abril de 2016

Shams Tabrizi

"... Un derviche errante llegó a una ciudad donde los nativos no confían en los extraños. / Desaparece, le gritaban: ¡Nadie te conoce aquí! / El derviche con calma le responde: sí, pero yo sé que me conozco a mí mismo, / y créanme, que habría sido mucho peor si fuese al revés...".

domingo, 3 de abril de 2016

LOS SIETE GRADOS DE AFECTO

DE LA SABIDURÍA SUFI

COMPATIBILIDAD
Una persona es atraída por otra debido a que están favorecidos el uno al otro por naturaleza y constitución. En otras palabras, A gusta B porque A ve en B las muchas cualidad que el posee o prefiere. Una gran amistad se desarrollará a su tiempo.


PROPENSIÓN
Una positiva inclinación se siente a través del objeto del afecto.
Tal inclinación es egoísta en carácter, por que cuando el mismo se inclina a una cosa rechaza todo lo demás. Cuando más grande es esa propensión, más exclusivo se convierte, tendiendo al tercer grado de afecto.

TERNURA
Cuando el mismo ha alcanzado este estado, el desea el emplear cada momento en la compañía del objeto de su inclinación, admirando la mirada y el diálogo de aquél elegido. Este estado emerge en el cuarto grado.

DESEOS DEL CORAZON
En este estado, arroja toda fuera de su corazón salvo su amado.
Incluso en sus pensamientos no hay nada salvo su amado.

DISTRACCIONES
Es el estado de la madre que ha perdido su hijo.
En su cabal confusión, ella comete el error de ver a su hijo en cada niño que se cruza. Como esta madre, aquellos que han alcanzado este quinto estado verán a su amado en cualquier lugar.
Ellos agarran el leve rastro del amado, para ellos hay confusión e intoxicación. La intensidad de este afecto los hace a ellos ciegos.

ABANDONO
En este estado, uno deja de sentir el dolor de la pena y la desgracia.
No hay lugar en el corazón salvo para el afecto de uno por el amado.

AMOR
Es realmente un sujeto separado, desde que el amor trasciende por lejos a los demás grados de afecto. Se lo llama el último afecto.
En Árabe, amor viene del término “isq”, y esta palabra es un pariente de “ashaqa”, el nombre de cierto tipo de hiedra.
Como ordinarios parásitos sencillamente comen de sus ramas, la planta ashaqa consume todo el jugo de los largos árboles, provocando que se marchiten y mueran.


Rumi

"... Estaba muerto, reviví, / era una lágrima, / sonrisa me volví / La fortuna del amor llegó / y en fortuna eterna me convertí...".