Nasrudin entró con su túnica raída a un banquete en el palacio y ocupo sin dudarlo el sitial más elevado, su osadía irrito al edecán del emperador quien dirigiéndose a Nasrudin lo increpo indignado:
-¿Cómo te atreves? ¿acaso eres un ministro?
Nasrudin le dijo, - Soy mas que eso.
-¿Eres un rey?.
-No, por encima de el.
-¿Eres un profeta?
-No aun más.
-Eres entonces Dios
-No, estoy mas allá.
-Nada hay mas allá de Dios.
Y Nasrudin le dijo: - Yo soy esa nada.
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