jueves, 19 de septiembre de 2019

Nosotros creemos que encontramos pero somos encontrados.


Erase una vez, un maestro de nuestro camino que invitó a sus discípulos a un picnic, algunas cosas son importantes en este camino porque mantienen a los discípulos en el sendero manteniéndolos entretenidos. Después de haber encontrado un buen lugar para descansar y para refrescarse, el maestro les preguntó a todos dónde lo habían encontrado a él. Todos recordaron y le contaron en que lugar. Había tantos lugares como discípulos. De repente, el maestro desapareció. Todos lo buscaron, pero no encontraron a nadie. Súbitamente, se escuchó su voz. Decía, “Después de haberme encontrado una vez, búsquenme otra vez!” Pero como la voz vino de todas las direcciones al mismo tiempo, ellos no supieron donde buscarlo y corrieron en todas las direcciones sin éxito. Después de un rato, cuando ya se habían rendido, se volvió a escuchar la voz, “Por qué, después de haberme encontrado antes, no me pueden encontrar ahora?” Es así, nosotros pensamos que estamos buscando, sin embargo somos buscados. Nosotros creemos que encontramos pero somos encontrados.

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